MUJER!!! Gritó la partera, pero nadie se inmutó en la sala de espera.
La nena ya está acá, volvió a decir la partera, conmigo en una mano.
Yo había llegado al mundo, todos esperaban ansiosos por mi nacimiento, pero no me esperaban a mi.
Una mujer había entrado casi simultáneamente con mi mamá para dar a luz, gritaba como desaforada hasta que por ahí ya no se escuchó más. De mi mamá no se oyó ni un suspiro. Llegué al mundo silenciosa, según me cuentan una gordita hermosa. Digo según me cuentan, porque no tengo recuerdo de mi llegada, ni una foto. Eso es lo que le pasa a quién cumple la “hazaña” por tercera vez en la casa.
En la sala de espera estaban mi papá y mi abuela. Pero ninguno acusó recibo frente a la luz rosa que se encendía sobre el pasillo.
La partera ya enojada preguntó
-“No van a recibir a la nena?” mientras mi papá y mi abuela se daban vuelta para invitar a la otra familia a recibirme. En ese preciso momento la partera agravó su voz y dijo firme - “Quién es Gorostiza???”
Mi papá se levantó dudoso del asiento y tímidamente le brotó un ahogado “yo”, - “Bueno tome su nena” dijo la señora gorda, sacudiéndome para depositarme en brazos de mi padre. Mi papá me tomó, incrédulo, intentando hacer una análisis visual de ADN (en esa época esa práctica no era posible, sino creo que lo hubiese pedido) y me entregó a mi abuela, creo que para poder verme desde otra perspectiva.
Presiento que para ellos fue como quien se saca el tercer premio de una rifa, no era lo que deseaban -claro todos quieren el primero- pero bueno, ya que se lo habían sacado lo iban a llevar a su casa, algún lugar le iban a encontrar para ponerlo.
Les derrumbé todas sus ilusiones, todas sus expectativas, la “familia deseada” se había roto y Germán, ya no era… era Georgina.
Creo que después de un tiempo se encariñaron un poco conmigo. Siempre me apoyé mucho en mis hermanas, ellas también eran mujeres, aunque no la última, la que rompió el “sueño azul”. Siempre noté que ellas tenian sus cosas “gemelas” y lo mío era distinto. Siempre creí que las cosas se vendían de a pares, pero ahora sospecho que no era así.
Sus camas eran iguales de color madera, la mía era distinta y pintada de color blanco.
Sus acolchados eran rojos, el mío tenia manzanas verdes y azules, sus bicicletas eran roja y plateada, mi triciclo era una moto azul. En los juegos con mis hermanas, siempre me tocaba ser el papá, el hermano o en su defecto el perro. Si jugábamos a los “Super Amigos” yo era “La Mole” al menos sonaba en femenino.
Otras veces lograba arrastrar a mis amiguitas a jugar a Brigada A, SWAT y cuando nadie me veía me gustaba interpretar la transformación de David Banner en el Increíble Hulk
Mi sueño desde muy chiquita fue ser astronauta, también me gustaba la idea de ser piloto de avión comercial o militar.
Creo que nunca tuve un referente femenino, ningún modelo femenino a seguir, siempre me vi más identificada con actividades mas bien masculinas. De hecho no conocía mujeres en ese momento que hicieran lo que yo anhelaba lograr. Tampoco me daba cuenta que no había mujeres en esos ámbitos, lo decía convencida en la naturalidad de mi ambición, como si fuera un sueño común en las niñas de mi edad.
Para mi, la actividad física fue un gran condimento en mi vida, patín artístico, gimnasia deportiva, tenis, etc. pero cuando me dejaron elegir qué deporte hacer elegí Tae-Kwon-Do y vuelo a vela. Era obvio que mi mamá esperaba que le dijera Danzas clásicas, no sólo porque era a la vuelta de mi casa, sino porque esperaba algo más tradicional o “Standard”. De todos modos no hizo ningún cometario adverso, y apoyó mi elección.
Decididamente mi vida pasaba por otro lado, que no era del gusto de mis amigas (que no eran muchas), y mientras mis hermanas eran la Sra. de la casa, la doctora o la maestra, yo era el vecino tallerista que salía de la fosa, colando herramientas por todos lados, o el técnico que venia a arreglar el alto parlante de la clínica, o el bombero que evacuaba el colegio.
Por fin me fui a estudiar a la Universidad, e incursioné en ingeniería aeronáutica, y aunque sólo fue un año, me quedaron muchos amigos de ahí y otros se fueron junto conmigo a Diseño.
Viviendo con mis hermanas yo era la encargada además de lavar la ropa, del mantenimiento del departamento, cambio de cuerito, arreglo de veladores en cortocircuito, flotantes y mochilas de baño, mantenimiento del ruidoso ventilador, etc., etc. Guille la encargada de limpieza y Gaby de la cocina.
Nunca renegué de mi posición en el rango familiar, nunca cuestioné la jerarquía o condición.
A veces me cuestiono porqué no nací varón, pero en el mismo momento que me lo pregunto me viene una sensación rara. Que es la misma de cuando era chiquita y me preguntaba, si el mundo no fuera, y esto fuese la nada, cómo sería la nada. Entonces en ese mismo instante lo dejo de pensar, las mariposas de la panza se me van y pienso en otra cosa… como ahora, “a otra cosa mariposa”.